Un café por un Avemaría

Es lo que tiene el siglo XXI, que la mercadotecnia llega hasta el altar de misa. La última noticia que me llega respecto de la Iglesia es que un cura en Zagreb ha puesto un bar en el cual las cosas se pagan con rezos. ¿Que quieres un café? Un Avemaría. ¿Qué quieres una CocaCola? Cinco Salvés, te jodes (cuatro si es Light, supongo).

El objetivo, según el cura, es que a la gente no se le olviden los rezos y que los practiquen más a menudo. Lo primero, vale, porque sin duda es más atractivo ir de copas con los amigos que ir a catquesis, y la educación divertida llega más profundo. Pero lo de que se practique más...no sé yo hasta qué punto es lógico. Mira que yo soy ateo y los rezos siempre me parecerán tiempo perdido, pero el que de verdad crea en los poderes mágicos del rosario, ¿no debería rezar desinteresadamente, por pura creencia? Porque rezar por conseguir un mosto gratis le quita todo el mérito...

En fin, a mi plin, que paga la Iglesia. Lo malo que Zagreb me queda lejos, pero sino, alguna tarde me pasaba. Y me despido ya sin hacer chistes fáciles como dejar un Padrenuestro de propina, rezar la mitad si es garrafón o estar atento por si sale la cara de la Virgen en la espuma del expresso. Que esto es serio, hombre.