Debate electoral #1

Esta noche debate. Se me pasó comentar el último, aunque grosso modo, señalizo unos puntos:

¿Quién ganó? Pues nadie. No ganó nadie ya que, en primer lugar, gana el que gana las elecciones, no el que 'gana' las encuestas (el que va a votar a un partido, lo votará se diga lo que se diga). Y segundo, no ganó nadie porque los dos dieron vergüenza ajena en dosis industriales. Aquella noche trabajé y llegué tarde para escuchar el debate (hasta entonces lo vi sin sonido desde el bar, viendo una procesión de cartelotes sobre el paro y no sé qué más cosas aburridas). Pero nada más llegar a casa...no oí más que voces sobre voces (el mediador podría buscarse otro trabajo), y recriminaciones porque uno estaba de paseo el día del Prestige (un poco más de actualidad, por favor) y porque el otro se ríe de las víctimas del terrorismo (un poco más de variedad, por favor).

Por otro lado, me reventó que a la hora de la verdad, ese discursito final que ruega el voto fuera leído. ¿Cómo me voy a creer lo que dices si lo tienes que leer? Vale que es imposible dominar cada punto del debate, pero es que éste es uno de los importantes. Si realmente piensas lo que dices, dímelo mirándome a los ojos, no mirando un papel ni mirando al reloj para ver si te da tiempo.

Y en fin, que hoy no espero mucho más, aunque algo espero. Éste sí que lo veré íntegramente y lo comentaré a gusto, que al ser el último, será el único que recuerde la gente (durante un par de días más, tampoco nos vayamos a creer...). Ojalá participara Llamazares, alguien que no necesita leer un papel para decir verdades como puños y para mojarse con lo que piensa, como cuando habla del aborto, de la eutanasia y de la Corona. Pero claro, en este juego de la democracia no juegan todos con las mismas normas. De hecho, en el siguiente post os cuento un 'secretillo'...