miércoles, 5 de diciembre de 2007

Benedicto y los ateos

El Papa, ese personaje que nunca será mi amigo, acaba de publicar una nueva encíclica llamada 'Spe Salvi', en la que no para de dar palos a los ateos, dedicándonos perlas como que el ateísmo ha originado "las más grandes crueldades y violaciones de la justicia de la era moderna".

Me meo de la risa. O mejor dicho, me gustaría mearme de la risa de no ser porque lo que voy a relatar ahora no tiene ni puta gracia. Benedicto debería hacer un poco más de caso a Cristo cuando decía lo de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio (San Mateo 7:3, para ser concretos), porque...por nombrar uno de no-sé-cuántos ejemplos existentes, un juzgado de Nueva York acaba de dar la razón a una mujer que fue violada por 7 curas que se la rifaban de la manera más miserable. Uno de ellos incluso la dejó embarazada y la invitó a abortar, aunque la chica finalmente no lo hizo. No puedo sentir más repugnancia.

Por su parte, la archidiócesis de Los Ángeles ha pactado pagar una indemnización hasta a 508 personas que han sufrido similares abusos sexuales por parte de algún hijo de puta de cura. 508 víctimas. Ni una sola lo merecía. Por no hablar de las monjas que son violadas y callan, de los niños que son violados y también callan, y de tantas otras historias que ya no sólo tienen que ver con el sexo forzado, sino con el fraude, la prevaricación, el tráfico de influencias y toda esa mierda que llevan a cabo los mismos que se autoatribuyen la moralidad del mundo.

Que Benedicto limpie su casa de ladrones, como hizo Cristo en el templo, y sólo una vez de que lo haya hecho, que se dirija al resto de la Humanidad con bastante más respeto del que la Iglesia ha mostrado históricamente. Que bastante daño han hecho ya. Maldita moralidad malentendida.

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