Las fotos del rey

"El rey está triste, ¿qué tendrá el rey?... Los suspiros se le escapan por boca de Revilla -otro que tal baila, por cierto-, y ha perdido su risa, ha perdido el color". Habrá perdido la risa, pero el yate Fortuna y el Palacio en Miravent ahí siguen.

El caso es que el otro día dos fulanos prendieron fuego al real retrato del rey y de la reina, ambos majestades de España aunque sin ser españoles (romano y griega, para más señas). A uno de los tipos le cazaron, aunque el juez le dejó en libertad sin fianza porque, en fin, tampoco era para tanto.

Y yo creo que tiene razón. A lo mejor le hubiera dejado una noche en el calabozo, por aquello del altercado público y tal, pero eso de exponerle a los "entre seis y dos años de cárcel" que endosa el Código Penal por injurias al rey, me parece un poco excesivo.

Por decirlo en plan poético, creo que el fuego que prendió la foto del rey es como el fuego de Prometeo, que nos ilumina ante los dioses y nos los hace menos dioses. Dicen que el rey de España es nuestro mejor embajador y que es una familia modélica -no es que lo sea, es en España hay una especie de pacto sacado de la manga según el cual la prensa no se mete con la familia real-. Y por supuesto, su buen hacer después de Franco y con Tejero fueron fundamentales para que hoy seamos lo que somos. No obstante, y por demagógico que parezca, si no hubiera sido él, otro nos hubiera traído inexorablemente a lo que somos hoy.

Si este rey ha hecho bien a España, otros tantos han hecho mal a medio planeta, y eso sin hablar de los Papas. No quiero tirar de agenda, más hoy que estamos a trámites con la Memoria Histórica, pero desgraciadamente, estoy convencido de que la monarquía ha sido uno de los lastres de la civilización humana.

No soy extremista ni mucho menos, ni aliento a nadie contra nada, pero volviendo al inicio del tema, no creo justo que unos deban pagar tanto por quemar fotos del rey, y otros deban irse gratis por quemar a su mujer. Todos merecen castigo, claro, pero quizá con prioridades.