sábado, 15 de diciembre de 2007

Se armó el Belén

Aprovechando que estamos en Navidad, se armó el Belén, pero uno de los buenos. Como mula tenemos a Bush y como buey tenemos a Putin. La mula tiene planeado desde hace tiempo poner un escudo antimisiles en mitad de Europa, vamos, entre Polonia y República Checa. Y el buey, receloso -y con razón-, ha dicho que con un sólo misil interceptor que salga del escudo norteamericano, el escudo ruso interpretará un ataque y responderá con otro pepino. Y que se ande la gente con cuidao.

En otras palabras, para nostálgicos y nuevas generaciones ávidas de crisis internacionales a gran escala, esto podría ser perfectamente el conato de una nueva guerra fría. Pero sinceramente, no creo que lo sea. A estas alturas ya es inviable liarse a tiros, al menos entre países del Primer Mundo. Las guerras de verdad son para los pobres; los ricos se arreglan desde los despachos.

Pero aunque no vaya a salir ningún solo pepino de ningún lado, si que es tema de reflexión el pensar que...cuanta más demostración de fuerza haga un país, parece que más en cuenta se le tiene. ¿No resulta contraproducente? Gracias a esa ilógica que impera en el mundo, si Irán (otro que tal baila) se arma hasta los dientes, todo son ojos para ellos. Y Rusia, como un niño en la guardería, ve que si no llora no mama, así que si puede berrear, mucho mejor. Aquí me surgen cantidad de preguntas, como por ejemplo: ¿no es mejor seguir hacerse oír por crecer en estabilidad y ser un ejemplo que todos quieran imitar? o ¿los miles de millones de habitantes de Rusia -doctos en sufrimiento- secundan esta política de agresividad (y me temo que una parte imprtante sí lo hace...)? En fin, sólo espero que aunque la mula tire hacia un lado y el buey hacia otro, la cuerda no se rompa y nos dé en las narices a todos. Porque ni con ambos dirigentes a punto de finalizar la legislatura tenemos la fiesta en paz.

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