martes, 6 de noviembre de 2007

Violencia Audiovisual

"Cada hora de televisión violenta multiplica por tres la agresividad de los niños". Ésta es la conclusión a la que han llegado en Seattle gracias a un estudio realizado sobre 330 americanitos. Y gracias a este titular, la población llega a la conclusión de que la culpa es de la televisión, ¿no? Puede parecer evidente...

También dice el estudio 'científico' que un niño en edad temprana no sabe distinguir la realidad de la ficción, y que gracias a los dibujos, aprende que la violencia es divertida. Y a partir de aquí, la gente añade: "claro, por eso los niños de hoy acaban grabando una paliza a un compañero en el móvil, por culpa de la tele". Pero digo yo: "entonces, ¿por qué la agresividad no se desarrolla en las niñas que ven los mismos programas durante el mismo tiempo -según explica el mismo estudio-?". Pues teniendo en cuenta que la tele es una constante, será por culpa de la variable: en este caso, la educación que recibe cada niño/a.

Por si alguien aún duda de la inocencia de la tele, aclararé en primer lugar que...la televisión es un electrodoméstico como otro cualquiera. El horno calienta y la tele entretiene, y el que quiera ver un educador en la tele es como quien ve en el horno un secador de ropa (que a veces funciona, pero no es recomendable). Por otro lado, y dejando aparte la ley de contenidos audiovisuales (porque nadie la cumple y a nadie se pide cuentas), las cadenas de televisión son libres de emitir lo que quieran (excepto TVE, la única que sufragamos), porque como empresas privadas buscan el negocio. Y si un niño ve hostias a mansalva en una serie, pues la culpa no es de la tele, sino del progenitor que no está allí para evitar que la criatura lo vea.

Yo también veía el Pressing Catch, el Coyote, el Correcaminos y cosas por el estilo, pero tuve la suerte de tener unos padres que sabían lo que veía y sabían abrirme los ojos ante la realidad. Si los niños de ahora no pueden contar con sus padres, ¿no será más responsable asumir los errores propios antes que achacarlos a un electrodoméstico? Ya sé que da vergüenza, pero más vale sonrojarse hoy por los errores cometidos que llorar mañana porque puede que ni siquiera reconozcas a tu propio hijo.

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