Listas abiertas

A colación de cómo finalicé el anterior comentario -clamando por el sistema de listas abiertas en España-, he estado curioseando por ahí y tras constatar que hay todo un movimiento a favor de este sistema, me he animado a dedicarle un post aparte.

¿Qué es ésto de las listas abiertas y cerradas? En España se da el sistema cerrado, es decir, un partido político decide unilateralmente quién va como número 1, 2, 3, etc, en las listas electorales. De este modo...si tras unas elecciones consigue 20 escaños en el Parlamento, serán los primeros 20 nombres de la lista del partido quienes ocupen dichas plazas.

Por el contrario, cuando un ciudadano vota en un sistema de listas abiertas, no sólo vota al partido que prefiere, sino también al personaje que más le gusta de ese partido. A partir de aquí, según los votos que saque cada político, así queda configurado el orden de relevancia dentro del partido. Y los escaños que obtenga el partido, serán ocupados por los políticos que más gustan a la mayoría.

Aplicado a España significaría que puedes votar al PP, pero dejando claro que a ti te gusta Gallardón y no Rajoy, o que te gusta más el alcalde socialista de tu pueblo que el ministro Moratinos. La primera consecuencia es la comentada anteriormente: parlamentarios y dirigentes del agrado popular. La segunda: que como este orden no lo decide el propio partido, ningún político le hace la pelota a otro, es más, dar opiniones personales e implicarse en temas polémicos se convierte en la mejor tarjeta de presentación ante el electorado.

Aquí estoy harto de ver como se dan jabón unos a otros, especialmente en el PP. Y que a nadie se le ocurra discrepar de la norma dictada o a lo mejor le expulsan. Ayer sin ir más lejos, dos diputados populares pidieron a Rajoy que deje en paz la sentencia del 11M y que "mire al futuro". Pues ya han sido portada de periódico y yo no lo veo para tanto. Si queremos libertad de expresión, que sea para todos. En Inglaterra, país con amplia tradición de listas abiertas, está bien vista la disidencia y las disputas internas, porque se ve como una crítica constructiva que ayuda al progreso, no como una manera de quedar mal ante los demás. Pero aquí la política parece cosa de unos pocos y nadie tiene pinta de querer soltar la gallina de los huevos de oro.

Si alguien quiere más información, he encontrado en el blog Listas Abiertas un interesante artículo que explica mucho mejor todo esto, las ventajas, los inconvenientes y los diferentes ejemplos europeos. Creo que la Constitución dice que el cambio a listas abiertas debe surgir de la iniciativa popular, así que si alguien se anima, ya sabe. De momento, a aguantarnos con lo que tenemos, que no es poco.