lunes, 22 de octubre de 2007

Spots Non Stop

No recuerdo quién dijo que la actual parrilla televisiva consiste en un bloque de anuncios que a veces interrumpen para dar un cacho de película. Y poco le queda para ser verdad, pero esto, lejos de hastiar a la gente, ha provocado una especie de evolución en el espectador, que empieza a considerar los anuncios como lo mejor de la tele y que ahora espera al inicio de 'El Buscador' o 'Mira Quién Baila' para ir al servicio o picar algo en la nevera.

Con el Festival de Cannes entre otros como mayor escaparate, el anuncio de hoy ha dado un salto categórico hacia el arte, aunque, según mi opinión, a costa de su efectividad comercial. En otras palabras, los creativos se han obsesionado con la búsqueda de la idea más original, más recordada, más artística, pero... ¿hasta qué punto los anuncios de hoy nos acercan a la marca?

Antes, el anuncio por excelencia presentaba un producto, te explicaba sus ventajas y te comía un poco la oreja para que lo comprases. Un tostón, de acuerdo, pero es que ahora -no sé si os pasa a vosotros también- lo último que consigo recordar de un anuncio es, precisamente, lo que vende.

Quizá se deba a que la mayoría de creativos actuales se centran más en hacer un anuncio 'gracioso' que un anuncio vendedor. Y luego pasa lo que pasa: primero, que no suele hacer gracia; segundo, que aunque haga gracia, tampoco es que te partas la caja; y tercero, que aunque te partas la caja la primera vez, ya no volverá a tener gracia por muchas veces que lo veas. Y ¿qué vendía? Pues no sé.

Otra moda parece ser utilizar animales como protagonistas de los vídeos (pondría ejemplos, pero ya os digo que no me acuerdo de las marcas!). Y aquí tampoco veo la utilidad. No es original, porque lo he visto en varios, y no creo que fomente la identificación del público con el producto.

Pero en fin, por resumir, visto lo visto en cada bloque de anuncios, he llegado a la conclusión personal de que bastantes anuncios de los que se emiten hoy no son eficaces, y si te quedas con el nombre de la marca es porque ya era suficientemente conocida antes.

Seguro que mi teoría es refutable por muchos lados, así que a ver si con un poco de suerte, alguno de mis amigos publicistas me ilustra con un post en defensa de su profesión. Y el que no sea publicista, que se anime también a opinar, porque nos guste o no nos guste, todos somos objetos de la publicidad...


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