La Eurocopa humilde

Cuando parecía que la gente se quitaba las legañas que da el soñar demasiado y empezaban a ponerse serios con la selección, España gana dos partidos y ya somos otra vez candidatos a ganar la Eurocopa. Por arte de magia. Aunque hayamos jugado tan mal anteriormente que seguramente estemos en el cuarto y último bombo (es decir, los últimos de la clase) el día que se configuren los grupos de competición.

Resulta infantil hacerse ilusiones de un día para otro. Da igual que el equipo lo haga bien, es que seguimos creyendo que somos miembros de un club selecto, el de los grandes equipos, el que mira al resto como si fueran de relleno.Sin embargo, los tiempos han cambiado y por fin se hace cierto aquello de que no hay "rival pequeño". Las selecciones modestas saben adónde vienen, se encierran, te conocen, te marcan mejor... Buen ejemplo es Francia e Italia, que las han pasado putas para clasificarse. No es casualidad. Esto se ha homogeneizado y si no nos damos cuenta de ello, España tiene las de perder.

Con este plan, no queda más que centrarse en seguir mejorando, en planificar las cosas correctamente, en dejar de lado cansinas polémicas y en no dar nada por hecho, porque al final nosotros mismos somos nuestro propio veneno. Ni jugones, ni tiki-taka ni jugadas históricas. Vamos a dejar de sacar pecho que todavía es muy pronto.