domingo, 18 de noviembre de 2007

Ultrastar (o Dios en 3 megas)

Justo cuando empezaba a pensar que la vida había dejado de tener sentido, aparece este programa de ordenador y me reconvierte en un ser feliz y jubiloso. Se trata de Ultrastar, el simulador para PC del mítico Singstar, disco que elevó el videojuego a categoría de arte y que debiera ser, lo menos, asignatura troncal de la carrera.

Pero si el Singstar fue bueno, éste es casi mejor. Para empezar, es gratis. Bieeen! Nada de poner bote para pillar una plei dos ni cochinadas de esas. Bueno, sí que hay que hacer un ligero desembolso para comprar tantos micrófonos USB para el ordenador como amigos festivaleros tengamos, pero, ¿y las tardes que vamos a pasar? Eso no se paga con dinero.

Por otro lado, Ultrastar pesa 3 megas, así que descargando que es gerundio. Pero lo mejor de todo es...¡¡que puedes disponer de absolutamente todas las canciones que quieras!! Como es un programa de ordenador, basta con descargarse las canciones de cualquiera de las páginas disponibles y/o/u emule (consultar google) y copiarlas en la carpeta 'Songs' en 'Archivos de Programa'. Seguro que pilotáis del tema más que yo, así que tampoco voy a dar muchas explicaciones. Simplemente impresionante.

Pero claro, como todo en la vida, Ultrastar tiene sus cosillas. Las canciones que descarguemos constan de un archivo de audio con la canción original y un archivo de texto con la letra sincronizada. ¿Cuál es el problema? En primer lugar, que al ser la canción original, también suena la voz de la canción original quitándonos un poco de protagonismo. En segundo lugar, que algunos documentos no están bien sincronizados o colocan las barras de la voz más altas o más bajas de lo que deberían. Pero en fin, todo es cuestión de dejar que evolucione (al ser un programa de ordenador lo hará rápidamente) o de bajarse la canción que suene mal desde otro lado, a ver si está mejor hecha.

Y eso es todo, que no es poco. Si es que la vida está llena de momentos maravillosos, como esas tardes de Singstar. Suena friki, pero me da igual, no me sonrojo. Es más, me voy a poner a cantar ahora mismo. Lalala. Hoy más que nunca: Enjoy!

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