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Muchos minutos de programación especial para contar los datos principales de 600 folios de sentencia que nadie se ha leído. Resumiendo: 30.000 años (o más) para los autores materiales. Bien pensado, más de 300 siglos (¿habrá ya coches que leviten? ¿cuántos nuevos estilos arquitectónicos habrá para estudiar? Es más, ¿quedará algún ser vivo para estudiarlos?).

Pues da igual, porque por cosas de la Ley y el Juris, estos amigos del terror no cumplirán más de 40 años, que no son pocos, pero tampoco son los 30.000 que les han dicho. Si por casualidad hubiera algún abogado leyendo ésto y no le importa, a lo mejor podría explicarnos por qué no les ponen una cadena perpetua de las de toda la vida. Sólo por curiosidad.