viernes, 16 de noviembre de 2007

El mono Oliver

Recojo en esta ocasión un artículo publicado en el blog Fogonazos acerca del chimpancé Oliver, una especie de eslabón perdido entre el mono y el hombre. Se descubrió en el Congo a principios de los 70 y causó un enorme impacto por su gran parecido con el hombre: una inteligencia superior a la media de los monos, una cara con rasgos humanos, afinidades con el sentir del hombre... En fin, podéis ver un mini-documental en el interesante blog que os indico.

¿Por qué lo recojo? Porque me parece increíble la raza humana. Sentimos empatía con un mono porque nos parece humano, pero no sentimos empatía con...los propios humanos. Y a los que son como nosotros, piensan como nosotros y sienten como nosotros, les ignoramos. Hay hombres que ignoran a otros hombres que duermen en las calles cada noche. O sin ser tan extremistas, hay hombres que ignoran a los hombres que trabajan para ellos. Hombres que ignoran a las mujeres por ser mujeres. Que ignoran a los de otra raza, otro país, otro estatus... Pero ante un mono que parece humano sin serlo, todos embobados, todos con el "ooohhh..." en la boca porque se parece a nosotros.

Lo de Oliver será un gran descubrimiento antropológico, eso no lo discuto, pero ¿de qué sirve progresar en el mundo de la ciencia si en el mundo de lo personal no damos más que pasos atrás? Otro ejemplo más de que las prioridades son, de nuevo, nuestra asignatura pendiente.

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